Querida humanidad
Alondra Téllez Ortiz
Esta carta la escribo con las esperanzas de una joven que poco conoce de la vida, pero que anhela un mundo mejor.
Con tan solo 19 años me doy cuenta, que el mundo no es color de rosa, sin embargo, no tiene porqué ser en escala de grises, hay personas que llenan tu vida de color, instantes que logran transformar el cielo más nebuloso y oscuro en uno claro y con arcoíris, experiencias que vale la pena experimentar en propia piel y de nosotros depende que eso sea posible.
Para ustedes, generaciones futuras, quiero mucho más, quiero paz y libertad para cada uno de ustedes, quiero una generación que exprese quien quiere ser y como quiere ser sin miedo a levantar la voz o a ser juzgado, que las chicas puedan usar la ropa que quieran sin sentir miedo a quien las vea, que aquellos que así lo decidan, ejerzan el libre derecho que poseen sobre su propio cuerpo, que el amor en todas sus expresiones sea apreciado, permitido y nunca más condenado, y que puedan ser ustedes de la manera más auténtica posible.
Tendrán mucho que aprender, sí, muchos retos que enfrentar, porque a base de estos se forma el carácter y se construye la madurez, pero en ningún momento quiero que alguien, por creerse mejor que ustedes, se les ponga en frente y los haga sentir como una falla o un error.
Puede ser demasiado idealista, pero también me gustaría que ninguno de ustedes se sintiera mal por como luce, por como se expresa a través de la ropa que usa, de la música que escucha o por no cumplir con algún estereotipo, ya que cada uno de ustedes es valioso a su manera y merecen un lugar en el mundo.
Lo importante nunca ha sido qué talla son, qué tan alta o baja es su estatura, su color de piel, nacionalidad, orientación sexual, religión, condición socioeconómica o el como expresen su identidad, lo que verdaderamente importa es eso que les hace diferente a otros, pues recuerden que a pesar de que en el mundo haya más de un billón de personas, ninguna va a ser ni remotamente parecida a ti y a pesar de ello todos son especiales a su modo y tienen un brillo interior.
Y sé que el decir estas palabras suena sencillo, espero que leerlas sea hermoso, pero más bien busco producir un cambio, desde mi generación para la de ustedes, busco obsequiarles un regalo y haré todo lo que esté en mis manos para conseguirlo, por y para ustedes queridas generaciones futuras.
¿Sola? No. Sé que no soy la única con todas estas ideas en la cabeza y es una promesa que en mi recorrido por la tierra iré encontrando a muchas de ellas y haremos de este mundo, uno mucho mejor.
Siempre suya, siempre eterna.
A.