La carta del justo
Nadya Téllez
La tinta que escribe este poema fue hecha con la sangre de los amantes muertos a manos de los despechados y de la personalidad injusta de sus fieles.
Las palabras aquí escritas no son más que migajas de pan de una cena romántica a la luz de las velas la cual ha terminado debido a un infortunio, un crimen atroz del que sólo sus representantes han sido capaz de presenciar.
Cada sílaba y consonante de este triste poema reflejan la soledad y desdicha de aquellas personas que han sido engañadas y traicionadas aquellas que juraron amar eternamente pues no hay mayor condena para el enamorado que ver su corazón hecho pedazos en las sábanas blancas de hotel donde sellaron su amor.
Cada línea de esta hoja es la llaga hecha con una daga tan filosa que traspasa el alma y penetra en el orgullo de cada justo y noble que ha habitado en la tierra
pues solo ante los ojos de aquellos que han presenciado la traición el papel se transparenta y les deja ver su pasado, les muestra los momentos llenos de deseo, pasión y dolor que vivieron al lado de ese al que decían amar.
Cada sello y dobleces que veas ante ti será sólo un recordatorio del gran error que cometiste por un momento de placer, locura y desenfreno en el que dejaste que tu lado salvaje te dominará y es por eso que ahora te culpas de haber dejado a un lado la razón.
Cada pequeña laguna que veas aquí, ahora no es más que fango que te consumirá completamente pues te hundes como un náufrago en tu propio mar.
La balsa en la que ibas se ha hecho pedazos así como aquella errónea ilusión que te causó tu amor.
Es por eso que ahora ésta llama se extingue como aquella vela que iluminaba el altar lleno de rosas en el que juraste esperarme.
Por eso grita y llora cuando leas esto porque no es más que la tóxica verdad de lo que fue nuestro amor, enfermo, marchito y oscuro que jamás olvidaré.