Uranio

Emily Galindo Hernández

Yo nunca he visto el mal, ni el cielo azul, nunca he escuchado a los patos croar o a los perros pelear, nunca he sentido la llovizna de agosto ni el calor de julio, yo nunca he salido. Nací en cautiverio o quizás llegué aquí muy joven y no puedo recordarlo, pareciese que hay algo distinto en mí. Soy el único de mi especie en esta habitación pues realmente dudo que esas bolsas blandas de color crema sean como yo; ellos siempre discuten, no entiendo lo que dicen, pero siempre son muy cuidadosos conmigo casi pareciese que les doy miedo, pero si así fuera no existiría razón para conservarme aquí. 

Últimamente cosas raras han pasado esas cosas están alteradas, han comenzado a hacer cambios en mi hogar parece que ahora viviré en otro lado, el lugar es más pequeño y frío.

La mañana llegó, el calendario marca las 6 am del 6 de agosto de 1945, mi nueva casa parece moverse, escucho ruidos, pero no veo nada, paso un buen rato hasta que oigo débilmente lo que creo, son sirenas. Me siento caer, mi casa impacta contra el suelo y por primera vez veo el amanecer, me siento arder y me expando, ahora libre, brindando calor. Por fin entiendo por qué el hombre me tenía tanto miedo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
Escanea el código
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?