Un sueño

Aleida Betzabé Gutiérrez Carrillo

 

Desde que la cuarentena comenzó, un chico de una pequeña zona de la ciudad, empezaba a construir su sueño de ser un pintor famoso. Pero tenía dos problemas, primero la gente no reconocía su esfuerzo, pensaba que no tenía talento para el arte y que todo lo que hacía no tenía sentido. Segundo, llegó un virus el cual se apoderó de sus sueños y de su aspiración a entrar a una escuela de arte. Las cosas se ponían cada vez más fuertes, por más que intentó mostrar su obra la gente ni si quiera se paraba un segundo para mirar. Ya no sabía cómo hacer que sus pinturas fueran reconocidas, por la pandemia era mucho más difícil que la gente pudiera ver su galería, donde exhibía pintura y esculturas. Pero, también le preocupaba lo que pasaría en un futuro y cómo cambiaría las cosas, ¿la sociedad cambiaría?

No sabía cómo serían las cosas de aquí en adelante, tenía demasiadas preocupaciones.

Qué pasaría con la sociedad, con la economía, con la educación, con el arte… ¿qué sería del mundo si no podían salir y disfrutar lo que más le gusta hacer? ¿Qué pasaría si esto nunca acabara y tendríamos que vivir de manera distanciada y sin ningún tipo de interacción social? Ya no sabía qué sería de él y su arte. Tal vez tener miedo es algo que podría ser normal, pero eso no significaba que se acabaría su sueño o que se rendiría tan fácilmente. Pensaba mucho cómo dar a conocer su obra, hasta que vio que la gente utilizaba Internet para llevar al mundo una parte de ellos, así que decidió crear una galería de arte virtual, creó un blog y compartió su obra. Pero su idea no se acababa ahí, su segundo objetivo aparte de que el mundo entero viera sus pinturas, era vender unas cuantas y poder cambiar su vida por completo. Quería demostrar el valor de su obra, le encantaría que el mundo reconociera su arte, que la sociedad cambiara totalmente su perspectiva de la vida. Subió las primeras pinturas, en poco menos de una semana tuvo más de 100,000 seguidores en su blog, todos decían lo genial que era el concepto de su obra y no se diga de las esculturas, por fin estaba logrando su objetivo. Por fin las personas veían más allá de su barrera.

Un día, vio un gran muro con un anuncio en cual se leía que el virus tendría tiempos difíciles y que la mayoría de los hospitales no tendrían la capacidad necesaria para poder tratar el COVID-19, ¿qué pasaría si hay personas contagiadas y no recibían atención medica?, ¿morirían? ¿Qué les pasaría? Cuando revisó su blog, vio que tenía un mensaje, lo leyó, vio que alguien estaba interesado en comprar una pintura hecha por él. Le ofrecían miles de pesos, al pensar mejor las cosas, tomó una decisión que no cualquiera haría, aceptó la gran propuesta, le pagarían mucho dinero por un cuadro. ¡Wow!, realmente llegó lejos. Pasaron los días y el joven pintor entregó la pintura terminada. Al darse cuenta que en el número de su cuenta habían depositado una cantidad considerable de dinero, realmente se sorprendió. ¿Qué haría con tanto dinero?, recordó aquel anuncio. Y estaba listo para hacer que su comunidad viera que tal vez las cosas más extrañas pueden hacer una gran diferencia en el mundo y en la sociedad.

Llamó a cada hospital de su localidad y decidió donar una cantidad igualitaria para los hospitales y poder aportar en la salud de los demás, ya que a él le gustaría que hicieran lo mismo por él o por su familia. Todo el mundo se enteró y cada vez sus pinturas tenían más vistas y compradores. Aportó un poco pero ese poco fue el mayor regalo de aquel joven pintor.

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