Profundidad

Por: Azul Monserrat Tapia Hernández

 

En las profundidades del punto Nemo me visitaron unos seres a los que no se les conoce su verdadera forma, pero cuando yo los visité, tomaron una forma humanoide un poco extraña, su piel era verde y tenían los ojos parecidos a los de un gato. La historia de cómo los conocí es bastante nteresante.

Me encontraba investigando porqué los niveles de radioactividad del mar habían incrementado de manera preocupante. Siempre salía con Alex, él es la persona que me ayuda con mis investigaciones y es además un gran amigo, siempre nos ha gustado cuidar el planeta y ver cómo podemos ayudar. Cada mañana salíamos a tomar muestras, cerca del punto Nemo, en donde la mayoría de la basura espacial cae, pero ese día algo me decía que tenía que ir solo, así que tomé el bote y empecé a hacer mi trabajo, el mar estaba muy inquieto, pude sentir como el barco se estaba balanceando con más intensidad que otras veces, pequeñas olas empezaban a chocar con él, sentí que perdía el equilibrio, me empezaba a marear, en ese momento las olas cobraron mayor fuerza, empezaron a crecer cada vez más, chocaban con la proa, todo se empezaba a llenar de agua, apenas podía ver, el agua caía con tal intensidad en mi espalda, que se sentía como mil latigazos a la vez, de repente hubo un poco de calma, en ese momento se empezó a formar una gran ola, era la más grande que había visto en mi vida, golpeó el barco y lo volteo. En mi confusión solo pude asumir la posición fetal y esperar lo peor, mi cabeza pegó en el mástil de la vela, mi visión era borrosa por el golpe, y comencé a ver cómo se formaba una corriente de agua, similar a un torbellino, se dirigía a mí, pero no podía hacer nada, no tenía fuerzas, así que solo esperé, la corriente me alcanzó y me fui con ella, comencé a descender, creo que llegué al fondo del océano porque podía tocar el piso. Mi visión y el dolor de cabeza estaban cesando, así que tuve la oportunidad de ver mejor el lugar. Era una especie de burbuja donde podía respirar libremente, podía ver todas las criaturas marinas que pasaban por ahí, era un paisaje bellísimo, ver todos esos peces que reflejan la luz, las ballenas haciendo ese asombroso ruido y los pulpos que pasan por la arena.

 

Después de un rato, ya no sabía qué hacer, pensaba que era una alucinación, de repente apareció uno de estos seres, Natura, junto a ella apareció otra figura Bios, yo estaba perplejo, no sabía qué estaba pasando, creo que me tuve que haber puesto muy pálido para que Natura me dijera que tomara asiento y que necesitaba respirar, así que eso hice. Pasado un par de minutos ambos dijeron que tenían varias cosas que platicarme, asentí con la cabeza y comenzaron a hablar, primero aclararon que no son humanos ni tampoco dioses, únicamente son la Naturaleza, recalcaron que no tratara de profundizar más en el tema porque como especie teníamos una mente limitada y jamás lo iba a entender, así que les hice caso.

 

Después comenzaron a decir que mi especie era una terrible amenaza contra la vida misma, me dieron varios ejemplos como las personas que talan árboles y no los volvían a plantar, las personas que cazan por diversión, las que tiran los desechos de sus fábricas a los ríos, los que provocan incendios forestales, todos los humanos que prueban armas nucleares y provocan mutaciones en las especies, entre muchos otros, yo muerto de vergüenza no sabía qué hacer, solo miraba al piso mientras Bios narraba todas las atrocidades que mi especie había realizado, una vez que terminó Natura volteó hacia mí y me platicó que tenían que darle una lección a mi especie, para ver si así podíamos reaccionar. Al principio no entendí a qué se refería, así que le pregunté más, pero ella solo se limitó a decir -por sus acciones tu especie tendrá que caer, más no provocaremos nada. Solo no vamos a detener el mal que les avecina, ya nos cansamos de salvar su vida y que aun así, nos sigan lastimando. En ese momento entré en pánico, vinieron a mi mente varias cosas, en primer momento pensé en la contaminación del agua, el derretimiento de los glaciares, la perforación de la capa de ozono, entre todos los demás daños que hemos causado al planeta, pero en cuanto cesaron esos pensamientos Bios me dijo – nosotros no planeamos ningún daño colateral a ninguna de las especies que viven con ustedes, por lo que, si les pasa algo será solo a ustedes, en ese momento, mi mente se puso en blanco, no sabía a qué se refería, estaba demasiado confundido, no volví a hacer ninguna otra pregunta, en ese momento la misma corriente que me llevó al fondo del mar, me sacó a la superficie, estaba de nuevo en el bote, pero esta vez no me podía mover, el bote estaba varado, pero no me sentía preocupado, al contrario, sentí una calma anormal, no tenía hambre, ni sed, el mar parecía un espejo y el cielo estaba tan azul, que me quería quedar ahí para siempre. Después de un rato noté que el barco se estaba moviendo hacia un halo de luz, empecé a escuchar un pitido muy fuerte, me desmayé, en ese momento sentí una grave presión en el pecho y desperté, estaba rodeado de enfermeras que me dijeron que había entrado en coma desde hace tres semanas por un grave golpe en la cabeza, yo no lo podía creer, no sabía si todo había sido un sueño o una alucinación, por lo que decidí no contarle nada a nadie, guardé ese secreto por años.

 

Han pasado 5 años desde aquella “alucinación”, pero desde hace ocho meses empezó a aparecer una nueva enfermedad, era asintomática, por lo que sólo las personas morían, ya eran más de 3 millones, afectaba a todos los órganos de una manera desconocida, era peor que la peste negra, y más contagiosa que la tuberculosis, los científicos especulan que ese microorganismo es probablemente un parásito que mutó de una especie que se extinguió hace 3 años por la caza excesiva, la llamaban elefante, toda la gente llevaba encerrada ya casi medio año, pero cada día me surgía la duda si lo que había soñado hace años era solo eso, un sueño.

 

Me dispuse a salir, tomé el barco y me detuve en el punto en donde había tenido la caída hace tanto tiempo, quería ver si eran reales, así que no lo pensé más y me aventé al mar, por un momento no hubo ningún movimiento, por lo que empecé a tomar la soga para regresar al bote, pero en eso algo me jalo los pies, era la misma corriente de hace cinco años, no lo podía creer todo era real, en cuanto entré a la burbuja comencé a gritar los nombres de Natura y Bios, estos salieron de una manera muy tranquila, preguntando qué pasaba, yo les conté todo el panorama y que ya tenían que detener esto, ellos se miraron entre sí y me tomaron de las manos, en ese momento nos teletransportamos a una selva, ahí me mostraron una manada de elefantes y algunos animales que se consideraban extintos, les pregunté que cómo era eso posible, ellos mencionaron que escondían a los animales antes de que acabaran con ellos, para protegerlos, me mostraron que el agua se estaba purificando, la capa de ozono se estaba recuperando e incluso todo lo que se había hecho por el hombre se estaba revirtiendo, entendiendo un poco más el panorama les pregunté por qué me habían llamado a mí, qué era lo que me hacía tan especial, ellos mencionaron que soy una de las pocas personas que entendíamos las necesidades del planeta y que necesitamos compartirlas con las demás personas para generar un cambio, yo no dije nada, sólo me quedé callado, Natura volteó y me dijo que esa era la última vez que los iba a ver, que a partir de ese momento sería la responsabilidad de mi especie el futuro, al soltarme de las manos regresamos al fondo del mar, no dije nada, de ahí ellos empezaron a caminar hacia afuera de la burbuja, pero antes de salir me dijeron — el ser humano no va entender lo preciado de los recursos, hasta que no esté consciente de su mortalidad, ustedes piensan que son inmortales y con ello los recursos naturales. Por eso fue una pandemia, tal vez sea la única manera que caigan en conciencia que no son inmortales. Cuando terminó de decir eso volví al barco y regresé a casa. Entendí lo complicado de la situación, comprendí que el ser humano es una criatura complicada y frágil, ver cómo los gobiernos caen y junto con ellos su pueblo, es doloroso. Por el momento las únicas palabras que puedo decir, es que nos falta conciencia, ver cómo las personas no logran empatizar con aquellos que salen a trabajar por necesidad, porque no tienen que comer, o ver cómo personas inventan productos milagro que son la cura de la pandemia, aprovechándose del miedo e ignorancia de las personas. Ver cómo la gente sale a la calle, sin protección, como si nada estuviera pasando, mientras otros llevan medio año en sus casas, es doloroso, es un problema social. Se necesita apoyo de toda la sociedad para generar un cambio, es necesario educar a la población, poder obtener un aprendizaje de esto… Me da coraje, enojo y tristeza es desesperante ver cómo ni una pandemia pudo hacer entrar en razón a la humanidad… sólo es decepción.

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