Tinte filosófico en el País de las Maravillas

Por Karen Danahé Córdoba Rosario

La existencia e identidad según la filosofía están presentes en Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll cuando la protagonista se encuentra en un sueño fantástico en un país de maravillas. En este sueño, Alicia presenta constantes cambios que la conducen a realizar cuestionamientos filosóficos sobre su identidad y existencia.

Alicia en el país de las maravillas es una obra literaria clásica del siglo XIX, escrita por el británico Charles Lutwidge Dodgson, quien fue además de escritor, matemático y fotógrafo. A este escritor lo conocemos por su pseudónimo, Lewis Carroll. Cabe mencionar que Carroll escribió esta obra inspirándose en su amiga Alicia, con ella y sus hermanas, Lewis Carroll lograba “volver a ser niño y no caer en el horror de aquel universo de preguntas sin respuestas y […] de procesos sin sentido” (Pitol: 18 ) por lo cual, en la obra, “Alicia sería a fin de cuentas un átomo de inteligencia crítica, de sentido común que pasa por en medio de la vida de su tiempo, haciendo comentarios satíricos sobre […] la identidad personal, el espíritu académico, la educación, las relaciones humanas, etcétera” (Pitol: 18).

Con respecto a la filosofía, corresponde señalar que etimológicamente significa amor a la sabiduría, es una palabra derivada del griego φιλος (philos = amor) y σοφος (sofos = sabiduría). La filosofía se basa en un cuestionamiento continuo del porqué de las cosas y, en el mismo sentido es el estudio de una variedad de problemas fundamentales del lenguaje, de la existencia y de la identidad principalmente. Puede decirse que la filosofía es una actitud ante el universo y ante el propio ser del ser humano, así como al análisis del sentido de la existencia tanto individual como colectiva. Por lo que se refiere a la existencia, se entiende como el acto de Ser, que deriva en una corriente filosófica llamada existencialismo cuyo objeto de estudio es la existencia misma del ser como individuo y en su modo particular que lo constituye. Por otro lado, entendemos el término identidad que está estrechamente relacionada con la existencia puesto que: “del Ser (existencia) se buscan los rasgos y la manera de ser que conforman al Ser identidad. Así pues, identidad y existencia son nuestro punto de partida hacia el país de las maravillas que emprendió Alicia cuando “Llena de curiosidad, corrió a campo traviesa detrás del animal y por fortuna tuvo tiempo de verlo desaparecer súbitamente en una gran madriguera que había bajo un seto. Alicia, sin pensarlo mucho, se coló por la boca de la madriguera, sin pensar ni un solo instante en cómo podría salir después de allí” (Carroll: 3), y en el momento que emprendió el viaje, dio comienzo la filosofía, porque la filosofía nace de la curiosidad, de querer saber qué hay más allá sin importar y sin pensar ni un solo instante en cómo resolver la pregunta, puesto que ni busca respuestas inmediatas, no busca una salida, pero siempre encuentra la entrada a una nueva cuestión.

“Ya dentro de la madriguera, al llegar al fondo y aterrizar, se encontró con una botellita que al beberla hacía disminuirla en tamaño y entonces encogió y encogió tanto, que al querer entrar a una de las puertas se dio cuenta de que había olvidado la llave y que ya no era posible alcanzarla por lo que comenzó a llorar, pero recordó que le gustaba simularse que era dos personas a la vez, sin embargo, pensó: -Ahora es inútil- […] pretender ser dos personas. Tan poco queda de mí, que apenas si puedo ser una sola” (Carroll: 9). Luego de esto, se encontró un pastelito que la hacía crecer, y ante tantos cambios se descontroló y no hallaba su identidad del todo ya que “en la conciencia de la identidad personal, por la que el sujeto se comprende como un sí mismo, es permanente aún a través de todos los cambios” (Morató y Martínez: 50), es decir, a pesar de que un individuo se enfrente a diversos y constantes cambios, su esencia se va a conservar.

Después de algunos cambios de tamaño y de encontrarse con algo nuevo, Alicia se enfrentó a preguntas existenciales en búsqueda de su identidad, decía “- ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Qué extraño es hoy todo! Tan sólo ayer todo transcurría normalmente. ¿Habré cambiado durante la noche? Reflexionemos: ¿era yo la misma cuando me levanté esta mañana? Casi creo que me sentí un poco distinta. Pero si no soy la misma, entonces la pregunta es: ¿quién soy? ¡Este sí es un problema difícil! (Carroll: 12). Este párrafo es una gran muestra de la presencia de identidad y existencia al hacerse la pregunta clave ¿quién soy? Ya que se realiza un cuestionamiento filosófico y abstracto, donde la respuesta no es inmediata ni concreta y requiere de mucha reflexión.
Más tarde pensó si se habría convertido en alguna de las niñas que ella conocía y comenzó a compararse con una de ellas para finalmente decirse “además, ella es ella y yo soy yo” (Carroll: 12), con lo anterior, podemos comprender que “la identidad sólo cobra sentido cuando se afirma como negación de alguna diferencia previamente percibida ante una comparación entre un individuo a otro” (Morató y Martínez: 90), es decir, para encontrar qué es lo que hace que uno se identifique como individuo, se requiere de una comparación previa con otros para posteriormente distinguir lo que los hace diferente, además “Leibniz decía en su principio de identidad, junto con el de no contradicción que «A es A y no puede ser no A» o bien: «lo que es, es y no puede no ser»” (H. Diels: 28). Asimismo, Alicia continuaba tratando de responderse ¿quién era ella? mientras pensaba “Tan sólo levantaré la cabeza y diré: ¿Quién pues, soy? Dígame primero esto, y luego, si me gusta ser esa persona, subiré; si no, me quedaré aquí, hasta que me transforme en otra.” (Carroll: 13). Lo que hace alusión de una manera metafórica a la búsqueda de identidad en la vida real, ya que cada individuo alguna vez se llega a cuestionar quién es y en su búsqueda pasa probando con una cosa y luego otra hasta que encuentra las características que le gustan para conformar su identidad y entonces subir, ante la vida y la sociedad.

Más tarde Alicia continuó caminando, conociendo el lugar y a los habitantes del “país de las maravillas” cuando en una de las escenas preferidas se encontró con uno de los personajes entrañables de la obra: el Gato Chester, a quien “le preguntó Alicia: -¿Quieres decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir aquí?, -Eso depende mucho de a dónde quieres ir- respondió el Gato. -Poco me preocupa a donde ir- dijo Alicia, -Entonces, poco importa el camino que tomesreplicó el Gato, -Con tal que conduzca a alguna parte- añadió Alicia como conclusión. -¡Oh! Puedes estar segura de que llegarás a alguna parte- dijo el Gato- si caminas lo suficiente. Al no complacerle la respuesta, Alicia […] formuló otra pregunta: -¿Qué clase de gente vive aquí?

[…] Visita al que prefieras; ambos están igualmente locos, dijo el Gato y Alicia contestó: -Pero yo no quiero visitar a locos- […]. -Eso no lo puedes evitar, aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca. -contestó el Gato, – ¿Cómo sabes que yo estoy loca?- protestó Alicia. -Debes estarlo- […] si no, no estarías aquí, concluyó el Gato.” (Carroll: 48) En esta parte, podemos ver la fusión de filosofía en identidad y existencia; en primer lugar, la filosofía trata de cuestiones abstractas que no son conceptualizadas y son en su mayoría misterios interesantes por resolver y se derivan del uso del lenguaje porque trata de asuntos de los cuales se pueden dar argumentos racionales y aceptables, pese a esto, no pueden ser medibles ni experimentales, por ejemplo, en el caso de la locura o del camino que debes tomar. La filosofía también trata sobre la existencia de individuos y de su identidad desde el punto deductivo, es decir, iniciamos con ¿quiénes son los que viven aquí?; que parte de la pregunta filosófica sobre una comunidad en conjunto y conduce al modo particular que finaliza con la pregunta individual ¿cómo sabes que yo estoy loca?, o ¿que tú estás loco?, también cabe mencionar que la concepción de la identidad proviene de un proceso de identificación donde el sujeto se autoidentifica, pues éste se resuelve en términos de relación con los demás, mejor dicho, al compararse y así, observa los rasgos que lo identifican de una manera más objetiva.

Para terminar nuestro viaje como el de Alicia, es importante mencionar unas palabras del Rey durante el testimonio de Alicia: – Si está absolutamente desprovista de sentido- dijo el Rey-, no tenemos que esforzarnos en lo absoluto, pues es inútil tratar de descifrar lo indescifrable. Sin embargo- […] me parece, a pesar de todo, que tiene profundo sentido.” (Carroll: 99), y ¡esto es filosofía! Para muchos, la filosofía no tiene sentido, ni utilidad, pero no es así, la realidad es que tiene un profundo sentido ya que de esta disciplina de ciencia como de arte, se desprendieron todas las ciencias, por esto mismo, es considerada la madre de las ciencias, y nace de la curiosidad, así como nació el viaje de Alicia hacia el país de las maravillas, un viaje sin sentido que si entramos en él, tiene todo el sentido, porque por un momento salimos de nuestro mundo y entramos a otra dimensión fantástica, para comprender que “existe una diferencia entre el conocimiento de las cosas del mundo y el conocimiento de las ideas” (Gutiérrez Sáenz: 19), porque no es lo mismo decir “veo lo que como que como lo que veo “(Carroll: 52). Y Alicia allí descubre el mundo de las ideas, el cual no tiene nada que ver con lo que ha aprendido hasta el momento, tomando como entrada la madriguera que la lleva a un nuevo mundo totalmente desconocido para ella, en el cual al principio le descontrola, pero poco a poco se va acostumbrando y en cada una de las transformaciones que tiene de tamaño, son esos cambios y experiencias que hacen cuestionarse a uno, sobre su identidad y existencia misma en lo cual se presentan personajes, y vivencias que aportan múltiples respuestas para poder comprender y que hacen que conozcas el mundo y tu mundo mismo; a Alicia. – ¡Oh! ¡He tenido un sueño tan extraño!… (Carroll: 101) Y recuerda que la filosofía y la literatura donde quiera que vayas estarán ahí. De la mano entre ellas y de tu vida.

Bibliografía

CARROLL Lewis, Alicia en el país de las maravillas, al otro lado del espejo, 15° Ed. México: Porrúa. 2002: 233pp (colección Sepan cuantos… 215)
MORATÓ Cortés y MARTÍNEZ Riu. Diccionario de filosofía en CD-ROM. Barcelona: Herder. 1996-99. SPAEMANN, R. Personas: acerca de la distinción entre algo y alguien. Pamplona: EUNSA, 2000
T.Honderich. Enciclopedia Oxford de Filosofía. Madrid: Editorial Tecnos. 2001

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