Nosotros

Emily Gabriela Galindo Hernández

 

Y dime cómo te explico, cómo te cuento o al menos cómo te hago comprender lo que siento. Las palabras que salen de mi boca me están rompiendo, se expanden como fuego helado dentro de mi pecho y salen como gélidos suspiros de mis labios. Te estoy pidiendo que te vayas cuando por dentro te imploro me acompañes, pero la decisión ya está sellada. Te pido te desprendas con palabras crueles, a veces, y desplantes innecesarios, otras tantas, con la promesa de mi propia felicidad. Hay tantas cosas que podría mostrarte, tantas facetas, emociones y acciones, pero no debo hacerlo, un paso en falso te haría dudar y yo no puedo permitirlo. Lo he pensado y estoy dispuesta a destrozarme si así puedes ser feliz; estoy por negarte si así puedes seguir tu camino. Prefiero llorar en silencio sin que me escuches para dejarte ir. Así que si te pido te vayas, no lo dudes, por favor no me mires, no veas más allá de lo que te he mostrado, vive siempre con la máscara de quien te dejó ir e ignora para siempre lo que hay detrás, porque es la única forma en la que puedo aceptar tu partida y te prometo que si el destino nos vuelve a juntar recordaré con gozo lo que fuimos y volveremos a empezar, esta vez como dos extraños que se conocen más que bien.

 

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