Hacia el Mictlán

Por Carlos Alberto Sevilla Pérez y José Eduardo Reyes Ochoa

Con calma la muerte esperaba
y la luz de las velas miraba,
pues esa noche se llevaba
al que de ella se burlara.
Cempasúchitl por doquier,
flores de ensueño han de guiar
a los muertos al volver
y la vida que fueron a expiar.
Terror en el viento se siente,
de la oscuridad presente.
Nuestra curiosidad latente
por aquel espíritu ausente.
El camino hacia el Mictlán,
desde aquel lago celeste
que se extiende hacia el oeste,
donde en dios se ha de transformar

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