El purgatorio
Diana Karen Ceja Ceballos

(Matías despierta triste después de un largo sueño. El lugar es totalmente blanco. Solamente hay una pequeña mesa, una silla y una cama. El espacio es pequeño, las pocas cosas que hay están amontonadas).

Matías: ¿¡Qué acabo de hacer!? Me odio a mí mismo. Debí hacerle caso a Rosa. No debí meterme con esos tipos (Camina de un lado a otro). Fui un idiota (Comienza a llorar y se pega a sí mismo en el pecho) ¡¡Qué idiotez acabo de hacer!! Una y otra vez, cada día Rosa me decía que no hiciera ese maldito reto (Se sienta en la cama y cubre sus ojos con ambas manos). Debí parar en el reto de las risas, y ahora estoy en este lugar… (Suspira) Todo por tratar de demostrar mi poder. Y de burro seguí con esas cosas. Mi autoestima debió estar por los suelos para haberme dejado guiar por los demás (Se descubre los ojos y ve el pequeño lugar a detalle). Creo que me quedaré mucho tiempo aquí. Tendré que acostumbrarme. Esto de estar solo, sin nadie con quien reír, hablar. Con cada reto que hacía y mandaba las fotos me sentía grandioso e invencible ante todos, pero ahora tengo miedo y desesperación (Se acuesta en la cama mirando al techo). Si tuviera otra oportunidad no la dejaría ir, aprovecharía para conseguir un buen empleo, una casa, una familia. Pero sé que eso no va a pasar, mi única oportunidad no la aproveché. Viví la vida sin sentido (Suspira pesadamente). Con razón mis padres me dejaron hacer lo que yo quisiera sin decirme nada. No fue mi culpa ni la de ellos. Su ausencia, en los momentos más importantes de mi vida me orillaron a esto, como cuando gané aquel concurso de literatura o mi graduación con grandes honores (Comienza a imitar la voz de una mujer): “Claro que iremos tenlo por seguro” (Suspira). Aunque sé que sus trabajos en la empresa son muchos, pero me hubiera gustado que ellos estuvieran ahí…. Aunque pensándolo bien… ese mismo día Toby, mi hermano, tenía su obra de teatro, y Katie la más pequeña tenía su campeonato de artes marciales (Cuza sus brazos atrás de su cabeza). Analizando más las cosas, qué ejemplo les he dado, ellos sólo son unos niños (Sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas) Ya no hay vuelta atrás, ya está todo hecho. ¿Qué haré ahora que estoy solo? No creo que alguien venga aquí mágicamente y me lleve a otro lugar. Eso solamente pasa en las novelas cursis o el cine de Hollywood. Lo que yo hice me lo tengo merecido. Con tal de acabar rápido con mis problemas (Mete una de sus manos en la bolsa del pantalón y encuentra un papel).

Se me había olvidado que en este pantalón guardaba la carta que alguna vez escribí a mis padres (Abre el papel y comienza a leerlo en voz alta): “Me enoja mucho de que estén prefiriendo hijos ajenos que a su propio hijo. Ni siquiera un mensaje. Me enoja mucho porque siempre prometieron cambiar. Nunca vi un solo cambio. Cuando descubrí que festejarían la primera comunión de sus otros dos hijos. ¡Ah! Cuando llegué a casa con mi premio de literatura ni los asombró. Los odio (Comienza a llorar incontrolablemente). ¡¡¡COMO PUDE ACABAR CON MI VIDA!!! ¡¡¡POR QUÉ HICE EL ÚLTIMO RETO!!! Ahora estaré eternamente ligado a mis lamentos. Solo en el purgatorio.

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