Para no aburrir, diré que mi paso por Las Vizcaínas fue lo mejor que me ha pasado. Aprendí muchísimas cosas buenas que han marcado mi vida: Disciplina, constancia, empeño, convivencia sana, ejercicio, amor a mi Paria y al saber, entre otras. Quizá en mi caso se aplica lo que dice una canción: La distancia es como el viento. Apaga los fuegos pequeños, pero engrandece los grandes. Así es mi cariño por el Colegio!!!

Hace 55 años (pueden decir Uuuuuh) dejé de ser alumna del Colegio y durante todo este tiempo mi pensamiento y mi corazón han seguido ligados a este bello lugar. Quizá me atrapó la magia desde el primer día que me llevaron mis papás ahí cuando yo tenía siete años, lista para comenzar primero de primaria. Al ver el gran patio con su fuente y los granados que ahí había, me quedé cautivada.